La Estrella es Panamá, Ricardo a. Ríos T.

 

 

La Estrella es Panamá

 

Ricardo Arturo Ríos Torres

 

 Las águilas imperiales del Gran Garrote, desde el siglo XIX,  violan la patria de José Domingo Espinar, Tomás Herrera, Juan Mendoza, Domingo H. Turner, Diógenes de la Rosa, Carlos Iván Zúñiga, Jorge Illueca, Marta Matamoros, Clara González, Floyd Britton, Polidoro Pinzón, Sara Sotillo, Gumercinda Páez, Acracia Sarasqueta, León A. Soto, Manuel Celestino González.

 

 Los zarpazos criminales del Destino Manifiesto  nunca han impedido que el sentimiento anímico de la nación panameña  siempre renazca con más fuerza emocional,  asimismo es mayor  la determinación y entereza para levantar hacia el infinito la bandera de Ascanio Arosemena, Ezequiel González Meneses y Víctor Manuel Iglesias.  Los panameños somos invencibles.

 

Nunca el imperio de Wall Street nos ha derrotado. El incidente de la Tajada de Sandía de 1856 provocó una reacción popular sin precedentes, más de 18 estadounidenses son muertos. 

 

El Tratado de Wisconsin de 1903 avala el asesinato de Victoriano Lorenzo, líder de la cholada coclesana y héroe invicto de la Guerra de los Mil Días. La muerte del guerrillero de la Negrita es el semillero de muchas luchas contra la injerencia norteamericana. Victoriano encarna en la épica de la Soberanía, con su astucia y valentía eliminamos el enclave colonial, la perpetuidad y a los zonians.

 

Eusebio A. Morales funda el Instituto Nacional (1909-1910) baluarte del nacionalismo panameño. Octavio Méndez Pereira, José Dolores Moscote y Manuel Roy  crean en 1935 la Universidad de Panamá como conciencia crítica del devenir republicano.

 

La década de 1920  rechaza el Tratado Kellog-Alfaro de 1926 y se consolidan los distintos movimientos populares, sindicales, feministas y políticos. Acción Comunal surge como colectivo nacionalista de la clase media profesional, la consigna es Panamá para los panameños, no queremos más gringos en los puestos públicos. La década de 1920 propicia la Revolución de Tule, el Movimiento Inquilinario y la Guerra de Coto.

 

El Convenio Filós-Hines de 1947 une a la ciudadanía militante y se impide la instalación de las 136 bases militares en el territorio nacional. Sebastián Tapia es el primer mártir estudiantil, es aguilucho.

 

La épica de la Soberanía reta al imperio de Washington, se exige la abrogación del Panamá Cede y se siembran banderas de dignidad y honor en el área canalera. La juventud con hidalguía vence la agresión psicológica de los gringos y  demanda el fin del enclave colonial, el Canal es nuestro.

 

La invasión de 1989 es la respuesta del Pentágono a nuestro devenir soberano, centenares son los panameños asesinados por la soldadesca de los rangers pero nada nos impide celebrar en 1999 que el Canal es panameño, sin yankees ni enclave colonial.

 

La Diplomacia del dólar continúa la agresión con los Panama papers  que afecta tanto a la economía nacional. La Lista Clinton es otra intervención financiera, el objetivo es silenciar al periódico más longevo de Panamá, es un atentado contra nuestra identidad, memoria histórica y sentido de pertenencia.

 

 USA  ataca al principio de la libre empresa al imponer la venta del periódico del pueblo. La Estrella es peligrosa para los intereses hegemónicos  del país de la Doctrina Monroe.

 

 El embajador Feeley  actúa como un tribuno de la Roma de los Césares, interviene en nuestro país como en los tiempos de Richard Marsh y de la Patria Boba.

 

 El pueblo cierra filas en defensa de La Estrella de Panamá. Lo que nunca entenderá el embajador de USA es que La Estrella es PANAMÁ, es como el Chagres, agua viva a favor del bienestar de los hijos de Quibián, Urracá, Bayano y Felipillo.

 

 Hoy como ayer, los panameños volveremos a derrotar a las águilas imperiales, les quitaremos las garras, picos y plumaje.

 

 Las gaviotas de Ricardo Miró limpiarán nuestros cielos de esas aves de rapiña… Y Changmarín y Domingo Díaz nos darán un abrazo patriótico.

 

Panamá, 29 de diciembre 2016.

 

 

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    Rose Marie Tapia R. (jueves, 05 enero 2017 16:46)

    Pensé que la etapa del colonialismo estaba superada, pero para los responsables del cierre de La Estrella de Panamá no es así. Hemos permitido que un país extranjero viole nuestro derecho de expresión, porque silenciar a La Estrella de Panamá es un zarpazo a la libertad de expresión y a nuestra determinación como nación libre y soberana.

  • #2

    Ricardo A. Ríos T. (jueves, 05 enero 2017 17:53)

    La reflexión es correcta, la injerencia del
    Coloso es inaceptable. Es una agresión a nuestra soberanía.